Os damos unos segundos para que penséis en un elemento asociado a estos tres momentos especiales: Navidad, victoria deportiva y premio en la Lotería. Si tu respuesta ha sido brindar champán… ¡bingo! Has dado con la bebida a la que le dedicaremos la publicación de hoy en nuestro blog.
Es bien sabido que descorchar una botella de vino espumoso o champán es sinónimo de celebración. ¿Pero conoces el origen de esta tradicional unión? Sigue leyendo para descubrir esta y otras curiosidades acerca de esta glamurosa bebida.
– Un método con siglos de historia. Los vinos espumosos han ido cambiando en sus formas de producción. Sin embargo, en Vinícola de Castilla continuamos empleando el método tradicional o Champenoise. Un sistema con más de tres siglos de historia que garantiza la excelente calidad de nuestro espumoso Cantares. Conoce más sobre su elaboración en este enlace.
– El vino de los reyes. Cuentan que en 1643 Luis XIV, el Rey Sol, siguiendo con la tradición de los monarcas de brindar con vino, pidió que le llevaran a Versalles litros de «ese vino de color pajizo del Padre Perignon» (monje benedictino al que se le atribuyó la creación -fortuita o no- del champagne). Así esta bebida comenzó a vincularse con la nobleza francesa, considerándose la predilecta de los reyes durante los siglos XVII Y XVIII. Más tarde fue Napoleón el que, siguiendo la tradición de los reyes, celebraba sus victorias con botellas de champán.
– El champán y las celebraciones deportivas. La primera vez que un piloto recibió una botella de champán al alzarse como ganador fue en 1907, en una carrera automovilística que partía de Pekín y tenía como objetivo llegar a París, sin un recorrido establecido. El primero en llegar fue el príncipe Scipione Borghese, quien recibió una botella de esta bebida como recompensa. Esta entrega fue tomada como referencia en las competiciones de motor.
No fue hasta 1967 cuando el piloto Dan Gurney, tras convertirse en el ganador de las 24 horas de Le Mans, optó por agitar la botella y repartir duchas de espumoso entre los allí presentes. Este famoso gesto ha llegado hasta nuestros días y es habitual verlo en grandes momentos de júbilo y celebración, no solo en lo deportivo. En concreto, es habitual ver a los agraciados del sorteo de la Lotería de Navidad regalando baños de champán.
– Cómo se consiguen las burbujas. La presencia de burbujas se logra tras provocar una segunda fermentación en botella. En términos generales, oscila entre uno y tres meses, en los cuales esta fermentación le confiere las burbujas y la espuma características de manera natural. La estructura o textura de la espuma, así como la finura de las burbujas, dependen de muchos factores, como son los distintos métodos de elaboración o la calidad del vino base. En Vinícola optamos por el método Champenoise y un vino base de la variedad Macabeo, como garantía de calidad de nuestros espumosos.
– ¿Sabías que dentro de cada botella de champán hay una presión altísima? El equivalente a seis atmósferas. Para que os hagáis una idea, tres veces la presión de los neumáticos de un automóvil. Por este motivo, las botellas de cava son de paredes gruesas y muy resistentes.
– Beneficios para la salud. Al vino espumoso se le atribuyen efectos beneficiosos para combatir problemas cardiovasculares. Además retrasa elenvejecimiento celular gracias a sus propiedades antioxidantes. Las uvas también generan ácido hialurónico, lo que repercute en la elasticidad y suavidad del rostro.
Sin duda el vino espumoso se ha ganado el título de mejor acompañante para cualquier celebración. Le avalan reyes y siglos de historia. Y si a esto le sumamos los beneficios para la salud de su consumo moderado, nos encontramos ante el imprescindible para esta Navidad.
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